miércoles, enero 26, 2005

13-Josala.

El rey Suddhodana se volvió a Asvapati, el brahmán, y le dijo:-Fíjate en como mira Siddharta a esos desgraciados. En el palacio ordene que recluyeran a todas las personas viejas y enfermas, pero Josala es una puerta abierta al mundo entero, no una pequeña región como la nuestra.-
-Creo que es mejor que cabalgue junto al príncipe.-respondió el brahmán.
Aunque detestaba toda clase de ejercicio físico, Asvapati mando que le trajeran un caballo, lo monto no sin grandes dificultades y se dirigió hacia donde se hallaba Siddharta.
-Cómo es posible que los josalas vivan de esta manera?-le pregunto el príncipe.-Nosotros no lo permitiríamos.-
El brahmán, consciente de que la vida era muy dura en todas partes, se encogió de hombros, confiando en que Siddharta se olvidara del tema.
Tras abandonar aquel mísero sector se dirigieron a una zona llena de callejuelas y pequeña viviendas. En medio de ese barrio, junto a los territorios reales, se erguía un majestuoso edificio blanco que contrastaba con el resto de la ciudad. Solo tenia una entrada: una maciza puerta de madera en forma de rueda. El borde externo de la rueda estaba adornado por una pintura circular que relataba la vida de cinco personajes, procedentes de las cinco castas. Las vidas de estos seres humanos se entremezclaban en una eterna reencarnación. El imponente edificio despertó la curiosidad del príncipe. Ananda, el brahmán y Chandaka, que había aparecido de nuevo, lo observaban de reojo.
Asvapati se inclino hacia Siddharta y le murmuro al oído:-Esta prohibido entrar en ese edificio, que nos protege de los intocables, los enfermos y los incurables. La ley los obliga a permanecer recluidos allí. Su existencia es más miserable que la del más miserable de los esclavos sudras. Son poco menos que animales. Esta prohibido bañarse en las aguas en las que se hayan bañado ellos y comer donde ellos hayan comido Ningún miembro de nuestras castas puede tener contacto alguno con ellos.-
-Por que?-pregunto Siddharta.
-Ese es su karma, la consecuencia de graves errores cometidos en otras vidas.-
Siddharta se volvió y miro al brahmán a los ojos. Los otros se echaron a reír: Ananda para disimular su nerviosismo; Chandaka, instintivamente, atraído por lo prohibido.
La delegación sakya atravesó un vasto parque en el que se alzaba el palacio real de Josala, rodeado de vetustas higueras. Las raíces de los árboles atravesaban el suelo que rodeaba el palacio, creando un extraño diseño de madera y tierra. Por el recinto se paseaban unos pavos reales con la cola desplegada.
Los miembros de la familia real de Josala aguardaban a la delegación sakya en el balcón superior del palacio. Siddharta vio a una joven muy hermosa, situada en el balcón ocupado por la familia real, con la mirada perdida en el infinito, como si esperara a alguien. A diferencia de otros miembros de su familia, llevaba una sencilla túnica azul ceñida por un espléndido cinturón de plata y coral, que constituía su único adorno. La sencillez de su atavío destacaba su esbeltez, los hermosos rasgos y el luminoso cutis de la muchacha. De pronto, como si hubiera advertido que Siddharta la estaba observando, la joven se volvió y clavo sus enormes ojos castaños en los del apuesto príncipe.
La expresión de su rostro denotaba inocencia, sabiduría y carácter. Los dos jóvenes se sonrieron, embargados por una extraña e intensa sensación.
-Es muy hermosa, verdad?-pregunto Ananda, contemplando a la muchacha con admiración.
El rey Suddhodana, Siddharta, Ananda, Chandaka y Asvapati entraron en el salón y se dirigieron a la tribuna real para presentar sus respetos a Josala.
Luego del protocolo, se dedicaron al banquete, preparado para tal fin.
La majestuosa princesa de Josala miró a Siddharta a los ojos, dio media vuelta y se marcho.
En el salón reinaba un profundo silencio. Una salvaje sed de sangre latía en todos los hombres presentes.
El brahmán de Josala hizo una señal a la reina. Había llegado su momento.
El ritual consistía en una serie de cánticos y danzas donde se terminaba sacrificando un caballo.
Siddharta y Ananda se miraron, atónitos. Era la primera vez que presenciaban aquel repugnante rito, que solo los reinos muy ricos podían permitirse. Al fin, tras lanzar un ultimo y desesperado relincho, el animal cayo al suelo, agitando las patas. La música ceso. De las insondables profundidades se alzo un viento salvaje y feroz. Jadeando y empapada en sudor, la reina se tendió junto al cadáver del semental, oprimiendo su voluptuoso cuerpo contra el rosado vientre del animal.
-Bien, brahmán.-dijo Suddhodana a Asvapati.-Será mejor que expliques el significado de todo esto a nuestro joven príncipe, que esta furioso.-
-La ceremonia simboliza el rito de la copula.-respondió Asvapati, dirigiéndose a Siddharta.-Muestra como el universo, representado por el potente semental, fertiliza el reino de Prasenajit, copulando simbólicamente con la reina. Cuando el caballo es sacrificado, el acto embellece al ser inmortal estableciendo...-
Siddharta lo interrumpió con impaciencia:-Acaso cree la gente que ese sacrificio los ayudara?-
Asvapati prosiguió:-El rito se basa en la religión, la religión se basa en la fe de los brahmanes, y la gente necesita creer en nuestra civilización. Cuestionarlo seria como poner en duda los fundamentos de nuestras creencias y nuestro control. Este no es el lugar ni el momento adecuado para discutir el asunto.-
-Contribuye este rito a que la gente sea más feliz?-insistió Siddharta.-Acaso les ayuda a resolver sus problemas?-
El tono sarcástico de Siddharta complació a su padre, que sonrió para darle ánimos.
-Comprendo tus sentimientos.-continuo el brahmán con un tono algo brusco.-pero la gente cree en el karma. Quizás no alcancen la felicidad en esta vida, pero lo aceptan porque saben que la siguiente puede ser mejor. Cree en los dioses, y los dioses exigen sacrificios. Cuanto mayor es el sacrificio, mayor es la intención, y cuanto mayor es la intención, mayor será la recompensa.-
-Pero cuanta sangre debemos derramar para complacer a los dioses?-insistió Siddharta.-La sangre de un caballo? De mil caballos? De todos los caballos del mundo? Acaso no desean también la sangre de los seres humanos? Si la intención aumenta el valor del sacrificio, por que no ofrecemos a esos insaciables dioses la sangre de nuestros amigos?-
Siddharta tomo un pincho de carne y apunto con él al brahmán.
-Estoy seguro de que alcanzare inmediatamente el nirvana si ofrezco a los dioses un distinguido brahmán, desplumado y listo para comer, a fin de saciar su divino apetito.-
El brahmán lo miro estupefacto. Suddhodana sonrió ante el atrevimiento de su hijo. Ananda y Chandaka, que habían bebido varias copas de vino, se echaron a reír. Consciente de que se había convertido en objeto de burla. Asvapati se levanto, pero antes retirarse, murmuro indignado:-No es tan sencillo, príncipe.-

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